Mundo minero
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La industria minera enfrenta desafíos que afectan tanto a la eficiencia operativa como a la seguridad de los trabajadores en la mina. Entre ellos, la corrosión de los equipos, el desgaste mecánico y los fallos estructurales son especialmente críticos.
¿Cómo puede el acero inoxidable ayudar a reducir estos riesgos y mejorar la seguridad en las operaciones mineras?
La corrosión es una amenaza constante en la minería debido a la presencia de humedad y productos químicos agresivos. Por ejemplo, el sulfuro de hidrógeno presente en minas subterráneas deteriora tuberías y sistemas de ventilación, lo que puede provocar fallos irreparables.
El acero inoxidable tipo AISI 316 ofrece, por su contenido de molibdeno, gran resistencia en estos entornos, prolongando la vida útil de los equipos, reduciendo las intervenciones de mantenimiento y previniendo accidentes graves.
Los equipos como tolvas y cintas transportadoras están sometidos a fricción continua, lo que acelera su deterioro. Los aceros inoxidables martensíticos, como el AISI 420, destacan por su resistencia al desgaste, reduciendo la necesidad de reemplazos frecuentes y mejorando la continuidad operativa.
Los túneles y galerías deben resistir grandes cargas, además la inestabilidad del terreno no ayuda, por lo que en estos casos el acero inoxidable tipo dúplex 2205 es una buena solución.
Gracias a su resistencia mecánica y su excelente comportamiento frente a la corrosión en ambientes agresivos, se utiliza en pernos de anclaje, refuerzos estructurales y otros elementos de soporte en minas subterráneas.
¿Es rentable el acero inoxidable en minería?
Aunque la inversión inicial puede parecer elevada, si se considera la reducción del gasto en mantenimiento, la mejora de la seguridad y el incremento de la eficiencia operativa, la respuesta es evidente.
Compartimos contigo otro ejemplo de cómo un buen material puede salvar vidas en la industria minera. Lo encontrarás en nuestra revista, en el artículo “Vehículos mineros”