¡Cuidemos nuestra mascota!
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En un entorno donde la salud entra en juego, la higiene, la resistencia y la seguridad son esenciales. Por ello, cuando entras en una clínica veterinaria, el acero inoxidable se consolida como material principal de la sala.
Las aplicaciones del acero inoxidable en este campo son amplias; es común encontrar este material en mesas de operación, jaulas de hospitalización, estanterías y otras estructuras de la clínica.
La superficie lisa y no porosa del material facilita la limpieza eficiente, previniendo infecciones y enfermedades nosocomiales, que son las que se adquieren a raíz de un procedimiento médico en una clínica o consulta veterinaria. El cuidado de la superficie de nuestras instalaciones es más importante de lo que nos creemos. Si elegimos mal el producto desinfectante, podemos estropear el material. Compartimos contigo nuestro manual de limpieza del inoxidable para que puedas resolver tus dudas.

El inoxidable también se utiliza en la fabricación de instrumentos quirúrgicos, como bisturíes, pinzas, tijeras y agujas. Estos equipos deben cumplir con altos estándares de precisión y resistencia, ya que son esenciales para la realización de procedimientos delicados. Gracias a su resistencia a la corrosión y su capacidad de soportar procesos de esterilización a temperaturas elevadas, se garantiza la seguridad tanto de los profesionales como de los pacientes, en este caso, nuestras mascotas.
La resistencia a golpes y a cargas elevadas es esencial para soportar el peso de diversos animales y proporcionar una superficie de operación estable, que permanezca en condiciones óptimas incluso tras múltiples procedimientos.

Los equipamientos se adaptan al uso que se le vaya a dar.
Por ejemplo, las mesas de operaciones en muchas ocasiones adquieren forma de V para garantizar que los animales se mantengan en una posición concreta que minimiza el riesgo de movimientos involuntarios y permite un acceso óptimo al campo quirúrgico desde varios ángulos, facilitando el trabajo del equipo veterinario.
El acero inoxidable, gracias a sus propiedades de resistencia, durabilidad y facilidad de limpieza, mejora la eficiencia operativa y garantiza un entorno seguro y controlado para el cuidado de los animales.