DIIR es el estudio de arquitectura que nació en 2018 por la visión de cuatro arquitectos: David Meana, Ignacio Navarro, Íñigo Palazón y Ricardo Fernández. La joven firma apuesta por el diálogo entre la belleza y la experiencia vital de las personas, influyendo en su día a día y en la calidad de su existencia. Así ha sido galardonado por el COAM como estudio emergente, y por AD como uno de los estudios jóvenes con mayor proyección. 

Su trabajo se sustenta en cuatro pilares fundamentales: 

Rigor en todos sus proyectos, que refleja su dedicación y perseverancia. 

Sensibilidad manifestada a través de la cercanía al cliente y la escucha activa.

Atemporalidad de sus diseños, guiados por la transparencia y la sinceridad.

Resonancia por su capacidad de generar mayor impacto en los usuarios con los recursos disponibles. 

Se trata de un encargo privado de un cliente particular para una residencia con ubicación en Madrid.

Las principales características que definen este proyecto son la búsqueda de espacios amplios y diáfanos, la apuesta por la flexibilidad del programa y la necesidad de crear un ambiente relajado y de estilo depurado. Parte de la estrategia del proyecto consiste en diferenciar de manera clara las estancias de día de las de noche, lo que conduce a DIIR a proponer un esquema organizativo peculiar. Optimizan el espacio, trasladando los usos más privados hacia el interior de la manzana y acercando los espacios de reunión a la calle, hasta quedarse con un cuadrado limpio y perfecto. 

Este lienzo en blanco es el centro neurálgico de la casa, un espacio flexible que acoge los dos elementos más característicos de la vivienda, la imponente isla de acero inoxidable y el gran sofá. Ambas piezas jerarquizan el espacio, pero, a la vez, mantienen autonomía suficiente para que el resto de la sala pueda ser vivida de manera espontánea. Además, gracias a su monumentalidad, actúan como piezas rotonda y proponen una circulación fluida en torno a ellas. 

El acero inoxidable es el elegido para materializar la pieza clave del diseño, la isla. En torno a ella se crea un espacio de reunión y recreo para recibir a grandes grupos de amigos. DIIR apuesta por soluciones nobles tratadas desde una perspectiva propositiva. Una paleta reducida con el fin de darle a cada material el protagonismo que merece. 

Las paredes se revisten de mortero fino mientras que el techo recibe un proyectado acústico. El suelo se recubre mediante listones macizos de pinos landas, una solución atrevida que permite vestir toda la casa. Los toques llamativos los aportan dos materiales muy característicos: el mármol verde indio inunda los baños y aporta expresividad, mientras que el acero inoxidable se emplea para diseñar piezas singulares.