En 1926, se lanzó el primer reloj hermético del mundo. Para demostrar su capacidad de estanqueidad, el reloj acompañó a la nadadora inglesa, Mercedes Gleitze, durante más de 10 horas atravesando el canal de la Mancha. Al finalizar, el reloj seguía funcionando perfectamente.

El reloj no estaba fabricado con acero inoxidable en ese momento, pero fue un hito en la historia de la relojería, ya que mostró al mundo cómo un reloj podía resistir condiciones extremas sin comprometer su funcionamiento. Este avance cimentó el camino para el futuro de los relojes.

Cuando el acero inoxidable entró en juego en la industria relojera, la transformó por completo al aportar parámetros que desafiaban las condiciones más extremas gracias a su alta resistencia, su versatilidad de diseño y su funcionalidad. Hoy en día, su uso se ha extendido, se utiliza tanto en relojes deportivos como en relojes de lujo. 

El acero inoxidable austenítico AISI 904L es extremadamente resistente a la corrosión y mantiene su brillo incluso en condiciones difíciles por lo que es altamente demandado en marcas de relojes de lujo. Su composición química, que incluye cantidades notables de níquel, cromo y molibdeno, así como una pequeña adición de cobre que refuerza la resistencia a diferentes ácidos, convierte cada reloj en una auténtica obra de arte. El acabado pulido y sus elevadas propiedades mecánicas son otras ventajas que hacen que este material despunte en la industria relojera. 

Es importante destacar que, aunque el acero AISI 904L ofrece ventajas en términos de resistencia a la corrosión y estética, el acero AISI 316L sigue siendo ampliamente utilizado en la industria relojera debido a su excelente relación calidad - precio. La elección entre estos materiales depende de las especificaciones del diseño y del posicionamiento de mercado de cada reloj.

El AISI 316L tiene una composición que lo hace altamente hipoalergénico. Su bajo contenido en carbono cubre las necesidades para ser utilizado tanto en relojes de uso diario como para aquellos destinados a actividades extremas, entre los que se incluirían los relojes de buceo. 

Tanto si eliges el AISI 904L como si te decantas por el AISI 316L,  contarás con un reloj diseñado para desafiar las condiciones más exigentes, sin perder ni un ápice de calidad.